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lunes, 17 de agosto de 2015

PINTURA RENACENTISTA ITALIANA DEL QUATTROCENTO: ANTONELLO DA MESSINA

Antonello di Giovanni d'Antonio (Messina, 1430-1479), Pintor italiano que probablemente introdujo la pintura al óleo y las técnicas pictóricas flamencas en el arte veneciano a mediados del siglo XV. Vasari lo narra diciendo que “aportó el "secreto" de la pintura al óleo a Venecia”. Si bien esto es probablemente falso, su retablo de San Cassiano tuvo mucha influencia sobre varios artistas venecianos, y Giovanni Bellini admiraba el modelado de sus figuras. La eliminación de las líneas de contorno, el uso del color y las sombras ejercieron mucha influencia en el desarrollo posterior de la pintura veneciana. 

Poco se sabe de la vida temprana de Antonello, se sabe que procedía de una familia de artesanos, pero está claro que se inició como pintor en Nápoles que era centro de un tipo de arte cosmopolita siguiendo el estilo Ibérico-Provenzal, y donde estudió la obra de artistas flamencos, especialmente la de Jan van Eyck. Algunos piensan que su fuerte influencia flamenca se debe a que viajó a aquellas tierras en su juventud, pero nada se sabe de cierto sobre dicho viaje. Es probable que la influencia flamenca la recibiera directamente en Nápoles, que pertenecía al Reino de Aragón donde la pintura flamenca tenía gran influencia. Sus primeras obras conocidas ya muestran las características de su estilo, mezclando la técnica flamenca de eliminación de la línea, el gusto por las vistas aéreas en los fondos y el realismo, con el modelado típicamente italiano de las formas y la claridad en la disposición espacial.

En 1550 se traslada a Milán donde trabaja para los Sforza.

En 1457 regresó a Messina, donde trabajó hasta 1474. En esta etapa se vuelve más italiano y renacentista en sus obras, interesándose por la perspectiva, el volúmen y el claro-oscuro al estilo de Piero della Francesca, aunque no abandona el detallismo flamenco.

Entre 1475 y 1476  trabajó en Venecia y en Milán. Al poco tiempo de su llegada a Venecia, su obra atrajo tanto la atención que fue apoyada por el estado veneciano y los pintores locales adoptaron con entusiasmo su técnica al óleo y su estilo compositivo. En 1476 regresa de nuevo en Messina, ya muy enfermo, donde fallece en 1479.

Su obra no es extensa, al menos nos han llegado pocos ejemplos, y la mayoría son obras de carácter religioso y retratos, y muchas de sus obras fueron atribuidas a Giovanni Bellini, ya que sus estilos son parecidos.

Virgen de la Anunciación (?, óleo sobre tabla, Alte Pinakothek, Munich). En sus retratos, da Messina sigue modelos reales, sus vírgenes son mujeres del pueblo, a las que da una luminosidad que sigue los modelos venecianos.


San Jerónimo en su estudio (1460, óleo sobre madera, National Gallery, Londres). La escena se desarrolla en un interior amplio, que permite al artista estudiar la perspectiva, aunque más adelante no será uno de sus intereses principales. Existe un grabado posterior de Durero con este tema.


Salvator Mundi (1465, óleo sobre tabla, National Gallery, Londres). Por desgracia esta magnífica tabla ha sufrido maltrato a lo largo del tiempo. También son perceptibles los arrepentimientos del artista, como en la mano derecha. Su estilo sigue el gusto por los antiguos modelos bizantinos que dominaron en Sicilia en la Edad Media.


La utilización del óleo desde el principio de su obra le permite centrarse en detalles como el manuscrito a los pies de la imagen. La figura apareciendo como asomada a una ventana nos recuerda algunas obras de Mantegna, aunque la proporción y la perspectiva aún no están bien conseguidas.

Crucifixión (1467-1469, temple y óleo sobre tabla, Muzeul National Brukenthal, Sibiu). Hasta 1902 se atribuyó a un pintor alemán, pero desde esta fecha se afirma sin dudas que pertenece a Antonello da Messina. La influencia flamenca es clara en el fondo de paisaje a vista de pájaro, la estilización de las figuras y su composición. Se considera una de las obras de arte tempranas del artista. La escena se ubica en el Estrecho de Messina, que es lo que observamos al fondo.



Retrato de un joven (1470-1472, óleo sobre tabla, Metropolitan Museum, NY). Se trata del retrato de un joven perteneciente a la comunidad veneciana de Messina.


Madonna y el Niño (1473, óleo sobre tabla, Museo Regional de Messina). Formaba parte del Retablo de San Giorgio, que sufrió muchos daños con el tiempo. El estilo es claramente flamenco, sobre todo en el detallismo a la hora de realizar el manto.


Retrato de un hombre (1474, óleo sobre tabla, Staatliche Museen, Berlín). Esta pintura es uno de sus retratos famosos por su realismo. Debido a su conocimiento de la pintura flamenca, el pintor contribuyó decisivamente a la difusión en Italia de la pintura al óleo. Normalmente representa figuras en tres cuartos, de tamaño natural y como si de una estatua se tratara. La cara se acentúa con el fondo oscuro y, en este caso, con los ojos dirigidos directamente hacia el espectador.


Piedad (1475, óleo sobre tabla, Museo Correr, Venecia). Se trata de la única obra de Antonello que permanece  todavía en Venecia, donde residió en 1475 y 1476, fue pintada en el comienzo de su estancia en la ciudad. Está gravemente dañada pero la espléndida escena del fondo permanece, en él observamos el ábside de la iglesia de San Francisco de Asís de Messina como homenaje del artista a la ciudad en que nació.



Retrato de un hombre (1475-1476, óleo sobre tabla, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid).


Altar de San Casiano (1475-1476, óleo sobre tabla, Kunsthistorisches Museum, Viena). Realizó esta obra en una de sus estancias en Venecia y se convirtió en su obra de mayor influencia, introduciendo el modelo de retablo veneciano. Desapareció de la Iglesia de San Casiano a principios del siglo XVII y fue fragmentado, en 1929 volvió a reconstruirse aunque se habían perdido algunas tablas.


A los lados de la Virgen se encuentran, a la izquierda San Nicolás y Santa Magdalena y a la derecha santa Úrsula y santo Domingo. Durante el tiempo que permaneció fragmentado, la Virgen se llegó a atribuir a Giovanni Bellini.

Retrato de un hombre (1475, óleo sobre tabla, Galleria Borghese, Roma). Este es el retrato que mejor muestra el gusto por el análisis psicológico del personaje representado, muy propio del arte italiano del retrato. En este caso mezcla la influencia de Piero della Francesca en el diseño del volumen, el estilo de Mantegna  en la composición y el color propio de los artistas venecianos. Pero Antonello aporta su estilo propio: la fuerte iluminación desde la izquierda, la expresión individualizada y la mirada hacia el espectador.


Il Condottiero (1475, óleo sobre lienzo, Museo de Louvre, París). Se considera uno de los mejores retratos realizados por el artista y representa a un oficial del ejército.



Retrato de un hombre (1475, óleo sobre tabla, National Gallery, Londres). 


Crucifixión (1475, óleo sobre tabla, National Gallery de Londres). Realizado al estilo flamenco, será uno de los temas más tocados por el artista, del que nos han llegado otros dos ejemplos.


Crucifixión (1475, óleo sobre tabla, Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Amberes). En este caso, Antonello nos muestra el Gólgota con las tres cruces, María y San Juan. Esta obra muestra ya las influencias flamenca y veneciana en el artista. Se trata también de una de las pocas pinturas firmadas por el artista.


Cristo Muerto sostenido por un ángel (1475-1478, óleo sobre tabla, Museo del Prado, Madrid). En esta obra la adaptación a los modelos italianos de pintura se observan con más claridad, sobre todo en la expresividad, tanto del rostro de Cristo como del ángel, y en el tratamiento anatómico del cuerpo del Señor.


Cristo en la Columna (1476, óleo sobre tabla, Museo de Louvre, París). Esta pintura fue realizada para la devoción privada.



Retrato de Trivulzio (1476, óleo sobre tabla, Museo Civico d'Arte Antica, Turin). Este retrato perteneció a la colección Trivulzio de Milán, de ahi su nombre. 


Virgen de la Anunciación (1476, óleo sobre tabla, Galleria Regionale della Sicilia, Palermo).


San Sebastian (1476-1477, óleo sobre lienzo transferido desde tabla, Gemäldegalerie, Dresden). Se trata de una obra tardía de Antonello da Messina en la que muestra influencias venecianas, de hecho en el fondo se representan edificios típicos venecianos.


Se trata de una temática muy apreciada en el Quatroccento. En este caso la figura del santo muestra un ligero contrapposto, su gesto parece inexpresivo ante el dolor. No se percibe en Antonello el mismo interés por el estudio anatómico que otros autores italianos contemporáneos. Utiliza un punto de vista bajo, al estilo de Mantegna, e introduce una columna en escorzo a la derecha, lo que junto con las baldosas del suelo le sirve para estudiar la perspectiva y lo hace de manera notable. 

Retrato de un hombre joven (1478, óleo sobre tabla, Staatliche Museen, Berlín). Se trata del último y más pequeño retrato, pero a diferencia de los otros abre un paisaje en el fondo en lugar de dejarlo totalmente oscuro. Nos recuerda mucho a los retratos de Van Eyck, pero con un volumen y equilibrio propios del arte italiano.




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